Si bien los viajes domésticos ya se están acercando a niveles precrisis, la gran intranquilidad del sector sigue siendo el turismo receptivo, ya que las barreras de ingreso vigentes atentan contra la llegada de turistas. Así lo señaló la Asociación Chile de Empresas de Turismo (Achet) respecto de la lentitud del Gobierno para liberalizar las restricciones.
De acuerdo con Lorena Arriagada, secretaria general de la Asociación Chilena de Empresas de Turismo (Achet), de 100 cotizaciones hechas a extranjeros, cerca del 90% se han caído o suspendido, debido a las altas exigencias de ingreso que actualmente tiene el país.
“No se entiende que Chile tenga el mejor proceso de vacunación y sigamos teniendo las barreras de entrada que tenemos. Nos estamos haciendo un autogol. Esto hace que un turista que quiere venir opte por no hacerlo”,
Lorena Arriagada
Según se detalló la directiva, desde que inició la pandemia el país ha dejado de percibir 4.700 millones de dólares en divisas provenientes del turismo receptivo. Solo en la temporada alta de 2017, en el peak de la llegada de foráneos, el turismo receptivo aportó 1.792 millones de dólares; en la temporada alta de 2020-2021, ese dato fue de 56 millones de dólares.
Turismo interno: el gran salvavidas
Si bien la llegada de los extranjeros ha crecido de manera lenta, cada eliminación de restricciones ha tenido un impacto en el aumento de los viajes internos, y también en la oportunidad que tienen los chilenos de viajar al exterior.
“Hoy, los operadores turísticos y las agencias de viaje están teniendo una reactivación importante en la solicitud de cotizaciones, lo que no se sentía a principios de año”, señaló la secretaria general de Achet. Sin embargo, la libertad para viajar afuera y no para entrar podría ser un nuevo golpe al turismo nacional.
Por su parte, Alberto Pirola, presidente de Hoteleros de Chile, explicó: “El año pasado, al menos teníamos el turismo doméstico para suplir en algo la no llegada de turistas, ahora todos quieren viajar, entonces perdimos eso”.
