La ciudad española celebra una nueva edición de su icónica festividad, marcada este año por la memoria de la Dana y la expectativa de una gran afluencia de turistas.
Las Fallas de Valencia 2025 ya están en marcha, con el característico aroma a pólvora y buñuelos impregnando las calles y las mascletàs diarias atrayendo a multitudes a la Plaza del Ayuntamiento. Entre el 15 y el 19 de marzo, la capital valenciana vivirá sus días más intensos con espectaculares monumentos falleros que culminarán en la tradicional Cremà, cuando el fuego consumirá estas obras de arte efímeras en la víspera de la primavera.
Este año, la inversión en los monumentos falleros ha alcanzado los 9,2 millones de euros, reflejando un incremento con respecto a 2024. Las 384 fallas grandes suponen un costo de casi siete millones de euros, mientras que las infantiles superan los 2,3 millones. Además, los monumentos fuera de concurso que se instalan en la Plaza del Ayuntamiento también han captado la atención: la falla principal, titulada Fauna Fallera, ha contado con un presupuesto de 239.000 euros, mientras que la infantil Anem de cap costó 34.000 euros.
En la Exposición del Ninot, donde cada comisión fallera presenta una figura para intentar salvarla del fuego por votación popular, se ha evidenciado la impronta de la Dana, la tormenta que azotó la región en octubre de 2024. Varios ninots rinden homenaje a los voluntarios y recuerdan a las víctimas, sin dejar de lado la sátira política, elemento esencial de la fiesta.
Desde comienzos de marzo, la ciudad cambia su fisonomía con cortes de calles, la instalación de carpas falleras y zonas recreativas para la pirotecnia. Este año, se han autorizado 285 carpas, 352 zonas de actividades y 163 puestos de buñuelos y otros productos tradicionales.
Sin embargo, este despliegue también trae consigo las quejas de algunos vecinos, afectados por el ruido y las restricciones de tráfico. Circular por el centro de Valencia se vuelve una odisea, con numerosos desvíos y bloqueos que alteran la rutina diaria.
Para garantizar la seguridad durante las Fallas 2025, más de 7.000 agentes estarán desplegados en la ciudad. La Policía Nacional contará con 2.800 efectivos, mientras que la Guardia Civil sumará 600 agentes para el control de productos pirotécnicos y el consumo de alcohol y drogas.
Además, el Ayuntamiento ha tomado medidas para proteger el patrimonio histórico, vallando monumentos como la Lonja, la Catedral y las Torres de Serranos y de Quart, que en ediciones anteriores han sido víctimas de actos vandálicos. Se ha contratado seguridad privada para custodiar la Lonja, declarada Patrimonio de la Humanidad.
Uno de los actos más esperados es la Ofrenda a la Virgen de los Desamparados, en la que más de 100.000 falleros recorrerán la ciudad los días 17 y 18 de marzo para entregar flores a la patrona de Valencia. Este año, la procesión tendrá un significado especial, ya que 1.400 personas de los municipios afectados por la Dana se sumarán en un emotivo homenaje.
Las Fallas son un imán para el turismo, y aunque la ocupación hotelera ha sido afectada por las lluvias recientes, se espera que las reservas aumenten con la mejora del clima. La patronal hotelera Hosbec estima que la ocupación en Valencia se situará en torno al 75% en los días clave, aunque la media para todo el periodo festivo podría descender al 70%.
El sector turístico confía en que las reservas de última hora ayuden a recuperar los niveles de 2024. La ciudad dispone de unas 20.000 plazas hoteleras y 32.000 plazas en viviendas turísticas para albergar a los visitantes, que llegan atraídos por el ambiente único de las Fallas.
Las previsiones meteorológicas juegan un papel fundamental: tras días de lluvias, se espera una mejora del tiempo a partir del 14 de marzo, lo que podría impulsar la llegada de turistas y la participación en los eventos al aire libre.
Las Fallas 2025 culminarán el 19 de marzo con la espectacular Nit del Foc, el mayor espectáculo de fuegos artificiales del calendario fallero, que iluminará el cielo de Valencia en la madrugada previa a la Cremà. Esa noche, los monumentos falleros arderán en una tradición que simboliza la renovación y la llegada de la primavera.
