El gobierno del presidente Rodrigo Paz anunció este lunes la eliminación del requisito de visado para ciudadanos de Estados Unidos, Israel, Corea del Sur, Sudáfrica y varios países de Europa del Este, en un intento por reactivar el turismo y recomponer alianzas internacionales tras casi dos décadas de distanciamiento diplomático.
La medida permite que los viajeros de esos países ingresen a Bolivia únicamente con pasaporte válido por hasta 90 días, dejando atrás un sistema de solicitud de visas que durante años implicó costos y trámites engorrosos.
El cambio se enmarca en la estrategia del nuevo gobierno, que asumió hace un mes, para reposicionar al país en escenarios geopolíticos tradicionales y atraer visitantes en un momento de escasez de dólares y contracción económica.
El anuncio revierte las disposiciones impulsadas por el expresidente Evo Morales, que durante su mandato expulsó a la DEA, obligó a los ciudadanos estadounidenses a obtener visa y rompió relaciones con Israel en 2014, medidas luego ratificadas por el expresidente Luis Arce.
La administración de Paz sostiene que esas restricciones provocaron una merma significativa en la llegada de turistas. Funcionarios estiman pérdidas acumuladas de 900 millones de dólares desde 2007 y proyectan ingresos adicionales por 80 millones en los próximos cuatro años gracias al nuevo esquema.
El canciller Fernando Aramayo afirmó que el objetivo es “restablecer la confianza internacional” y posicionar nuevamente a Bolivia como un destino accesible y seguro. El país cuenta con una amplia oferta turística —que incluye la Amazonía, los Andes y el Salar de Uyuni—, pero suele quedar opacado por los mercados vecinos.
Pese al entusiasmo oficial, Estados Unidos mantiene a Bolivia en alerta de viaje nivel 2, que recomienda mayor cautela por posibles disturbios, y un aviso nivel 4 para la región del Chapare, donde Morales permanece mientras enfrenta una orden de arresto.
En paralelo, el presidente Paz inició una agenda de liberalización económica que incluye la eliminación de algunos impuestos corporativos y patrimoniales y la búsqueda de nuevos créditos para estabilizar las reservas internacionales.


