Varias localidades en torno al volcán, incluyendo Pucón, se encuentran en ese nivel de alerta desde el pasado noviembre. Geólocos chilenos reportaron en Año Nuevo un sismo relacionado con la dinámica interna de fluidos de la montaña.
La situación en el volcán Villarrica impulsó a las autoridades a mantener el estado de alerta, después del registro -el pasado 1º de enero- de un episodio sísmico directamente relacionado con el movimiento de fluidos internos.
El Villarrica estuvo en la mira de los geólogos chilenos y argentinos durante la mayor parte de 2022 debido a la intensidad de la actividad registrada por las estaciones de monitoreo. Al comienzo de 2023, geólogos chilenos reportaron un sismo de “largo período” anunciado a partir de un Reporte Especial de Actividad Volcánica (REAV) del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin).
Según el informe, el acontecimiento se relaciona con la dinámica interna de fluidos del volcán Villarrica. Desde el 8 de noviembre varias de las localidades adyacentes al Villarrica -incluyendo Pucón- están en alerta amarilla, debido al “comportamiento anómalo del volcán en niveles superiores al umbral base entendido como inestabilidad”.
La Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior de Chile (Onemi), que pasa a llamarse ahora Servicio Nacional para la Prevención y Atención de Desastres (Senapred), explicó que “las comunas de Villarrica, Pucón y Curarrehue en la Región de La Araucanía y la comuna de Panguipulli en la Región de Los Ríos mantienen la alerta amarilla”.
“Hay sismicidad volcánica y baja actividad del volcán, donde la columna de magma sube y se mantiene cerca de la superficie”, explicó a medios de prensa el vulcanólogo Alberto Caselli. “El Villarrica siempre tiene este tipo de erupciones, lo que llamamos un vulcanismo básico, al igual que el Copahue”, agregó, subrayando que “la actividad es muy baja y si la cantidad de energía sísmica no aumenta, no da para mucho más”.