Con una tasa de crecimiento anual del 5,8 %, el segmento de viajes corporativos con fines motivacionales se consolida como un motor clave para la industria turística global. América Latina, con destinos como Costa Rica, Brasil y México, presenta alto potencial de desarrollo en experiencias sustentables.
El mercado global del turismo de incentivos —aquel que ofrece experiencias de viaje exclusivas como recompensa para empleados, socios estratégicos o clientes destacados— proyecta un crecimiento sostenido en la próxima década.
Según un informe de Future Market Insights, este segmento pasará de generar USD 7.790 millones en 2023 a más de USD 13.690 millones en 2033, impulsado principalmente por el aumento de los viajes corporativos, el reconocimiento al talento y la búsqueda de nuevas formas de fidelización.
El turismo de incentivos, una vertiente especializada dentro del turismo MICE (reuniones, incentivos, congresos y exposiciones), está siendo cada vez más valorado por las compañías que buscan ir más allá de las bonificaciones económicas tradicionales. Se trata de una herramienta que combina beneficios emocionales, culturales y experienciales, y que ha demostrado mejorar la productividad y el compromiso laboral.
El informe destaca una tendencia creciente hacia la personalización. Los paquetes de incentivo ya no son genéricos: ahora incluyen desde retiros en la naturaleza y escapadas de bienestar hasta aventuras extremas o recorridos gastronómicos, siempre alineados con los intereses del viajero. La digitalización también ha facilitado la planificación de estos programas, permitiendo a las empresas gestionar itinerarios complejos, incorporar criterios de sostenibilidad y brindar seguimiento en tiempo real.
Además, se registra una creciente demanda por experiencias ecológicas o de bajo impacto ambiental, lo que abre la puerta a nuevas oportunidades para destinos que prioricen la sostenibilidad. Las empresas están incluyendo en sus programas estancias en eco-lodges, actividades de conservación y transporte con baja huella de carbono.
América Latina: una región con alto potencial
Mientras América del Norte continúa liderando el mercado, con Estados Unidos a la cabeza gracias a destinos como Las Vegas y Hawái, se espera que regiones como Asia-Pacífico y América Latina experimenten el mayor crecimiento relativo. El informe identifica a países como Costa Rica, Brasil y México como escenarios ideales para el desarrollo de turismo de incentivos vinculado a la biodiversidad, la aventura y la cultura local.
En este contexto, destinos como Cartagena, Buenos Aires, Mendoza, el Valle Sagrado o la Riviera Maya se perfilan como candidatos naturales para integrar programas de incentivo que combinen lujo, autenticidad y sostenibilidad.
La región también puede beneficiarse del interés creciente por lo “auténtico”, ofreciendo conexión con comunidades locales, gastronomía de origen y experiencias transformadoras.
Pese al buen panorama, el sector enfrenta algunos desafíos estructurales: fluctuaciones económicas, inestabilidad geopolítica y la evolución de las regulaciones de viaje pueden impactar la planificación a largo plazo. A ello se suma la necesidad de que el sector se alinee con los objetivos de desarrollo sostenible, especialmente en lo referido a prácticas responsables, inclusión y protección ambiental.
No obstante, estos desafíos también se transforman en oportunidades. El turismo de incentivos tiene un alto margen de innovación y puede convertirse en una herramienta efectiva para promover el cambio positivo, tanto al interior de las empresas como en los destinos que reciben este tipo de viajeros. La combinación entre motivación laboral, desarrollo económico local y conciencia ecológica representa, según los expertos, el futuro de los viajes corporativos.