La icónica propiedad neoyorquina retrasa nuevamente su regreso, con promesas de lujo renovado y espacios restaurados que honran su legado histórico.
La esperada reapertura del legendario hotel Waldorf Astoria en Nueva York ha sido aplazada por cuarta vez, con una nueva fecha programada para septiembre de 2025. La propiedad, que cerró sus puertas en 2017 para someterse a una ambiciosa restauración, había previsto inicialmente su regreso en 2021.
Inaugurado en 1931 sobre la icónica Park Avenue, el Waldorf Astoria es reconocido como un emblema del lujo y la hospitalidad. Su renovación está a cargo del estudio de arquitectura Skidmore, Owings & Merrill y del prestigioso diseñador de interiores Pierre-Yves Rochon. La remodelación ha reducido el número de habitaciones de 1.400 a 375, con superficies que parten de los 53 metros cuadrados, convirtiéndolas en algunas de las más amplias de la ciudad.
Según declaraciones del director general del hotel, Luigi Romaniello, los visitantes podrán redescubrir elementos históricos restaurados como el Gran Salón de Baile y el emblemático reloj del lobby, integrados con mejoras modernas pensadas para el viajero actual.
El hotel ofrecerá tres espacios gastronómicos, entre ellos un restaurante insignia estilo brasserie americana de dos pisos bajo la dirección del chef Michael Anthony, y el tradicional Peacock Alley Lounge, característico de la marca. Además, contará con un spa de más de 2.800 metros cuadrados, uno de los más grandes de Nueva York, y un gimnasio de última generación.
Waldorf Astoria también incorporará 43.000 pies cuadrados de espacio para eventos distribuidos en 17 salones, entre ellos versiones renovadas del Salón Jade y otras nuevas propuestas.
En la parte superior del edificio se ubicarán 375 residencias privadas, diseñadas por Jean-Louis Deniot, con acceso exclusivo a servicios del hotel y a 4.600 metros cuadrados de amenidades propias, incluyendo un centro de bienestar con vistas a Park Avenue y una colección de arte curada por el suizo Simon de Pury.
El proyecto, originalmente estimado para durar de dos a tres años, ha enfrentado retrasos significativos debido a la pandemia y a problemas legales relacionados con su expropietaria.