Anuncian nueva medida del Banco Central de la República de Argentina para que los viajeros no residentes puedan cambiar divisas al valor MEP de manera legal, al momento de viajar al destino sudamericano.
Los titulares de prensa hablan de “invasión” y de “aluvión”. Se refieren a la masiva llegada de turistas uruguayos en el primer semestre de 2022 (226.000, solo detrás de los brasileños, con 300.000), y seguidos por viajeros de Chile, Paraguay, EEUU, España, Bolivia, Perú, Francia y Colombia. En total suman 1,36 millones de turistas, que representan “dólares crocantes” para las necesitadas reservas del Banco Central. Pero es sabido que, con la gigantesca brecha entre el oficial y el “blue”, la mayor parte de las divisas van al paralelo: las estimaciones del gobierno consideran que el gasto turístico ascendió este año a unos USD 1400 millones, pero solo el 16% se cambió en el mercado formal.
Después de días de especulaciones, que exceden además al turismo (se habla de un “dólar agro” para liquidar divisas por exportaciones agropecuarias), la respuesta oficial llegó esta semana, con la creación de una nueva cotización del dólar, que viene a sumarse al “solidario”, “MEP”, “mayorista”, “ahorro” y otros: mientras al viajero argentino se le aumentó la retención a cuenta de Ganancias y Bienes Personales (de 35 a 45%), además del 30% de impuesto PAIS, al viajero extranjero se le permitirán cambiar hasta 5000 dólares a la cotización del MEP, un dólar financiero cercano al “blue”. En otras palabras, se amplía más la brecha entre el turismo emisivo, cada vez más restringido, y el receptivo, al que se busca favorecer, pero sobre el que en realidad pesa la fuerte disminución de conexiones aéreas con otros países registrada en los últimos dos años.
Mientras tanto, cómo se implementará la nueva medida es el gran dilema, ya que el año pasado una iniciativa semejante -la apertura de cuentas bimonetarias para que los turistas pudieran acceder a la cotización MEP- dio un resultado nulo. Ahora se afirma que la nueva resolución permitirá que los turistas vendan los dólares en entidades autorizadas a operar en el mercado de cambios, previa presentación de la documentación con la que ingresaron al país. La operación podrá hacerse en bancos públicos y privados y también en casas de cambio, donde podrán cambiarse hasta 5000 dólares por persona o por mes (o su equivalente en reales u otra divisa). Los turistas, sin embargo, tendrán que cumplir una declaración jurada donde aseguren ser no residentes y que en los últimos 30 días corridos y en el conjunto de las entidades no superaron el monto permitido. Además se deberá verificar que el turista no figure en las listas elaboradas en conformidad con resoluciones de la ONU en materia de lucha contra el terrorismo y que no resida en países donde no se aplican de forma suficiente las recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional. Hechas las comprobaciones, el banco le entregará en el momento los pesos al turista y tendrá hasta dos días hábiles para concretar las operaciones con títulos valores, según detalló el BCRA.
La medida, entonces, ya fue decidida. Pero la gran pregunta es si funcionará. Por un lado, porque al haber menos dólares disponibles en el mercado “blue”, el dólar paralelo podría dispararse. Y por el otro, porque nadie está del todo seguro de que el turista esté dispuesto a destinar parte de su tiempo en el país a un trámite bancario -es decir, con horarios acotados- que incluye además llenar declaraciones juradas. Sin comentarios oficiales aún a la vista, las especulaciones corren por el momento por los pasillos de las agencias y las redes sociales. Habrá que esperar y ver.
