La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) inscribió el martes pasado estas tradiciones artesanales en la Lista de Salvaguardia Urgente del Patrimonio Inmaterial.
La oficina de Santiago de la agencia de las Naciones Unidas informó en redes sociales de la decisión realizada en el encuentro del Comité de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, que se reunió hasta el pasado domingo, en Rabat, Marruecos.
La ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Julieta Brodsky, declaró que “se reconoció como patrimonio cultural inmaterial a nivel mundial, la alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca, una práctica cultural de mujeres de distintas generaciones que han resguardado y transmitido su saber por más de 200 años”.
La funcionaria chilena agregó que, junto con este reconocimiento, se expresa el compromiso irrestricto del Estado de Chile de implementar las acciones que sean necesarias para respaldar la labor de las comunidades.
La alfarera Nayadet Núñez había altertado el año pasado que esta tradición está en peligro de desaparecer por diversos factores. “Vemos a los más jóvenes desmotivados para continuar con esta tradición”.
La alfarería de Quinchamalí y de Santa Cruz de Cuca fue desarrollada en la región de Ñuble, al sur de la capital. Se transmite de forma intergeneracional y constituye una impronta identitaria heredera de tradiciones indígenas muy profunda en la zona.
