La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) detectó retos en la sostenibilidad del sector turístico regional y estableció cinco pilares para su desarrollo en los ámbitos económico, ambiental, social, cultural y de gobernanza.
La Jefa de la Unidad de Desarrollo Agrícola y Cambio Climático de la Sede Subregional de la CEPAL en México, Leda Peralta, señaló que se estima que el turismo contribuye al 10 % del empleo en América Latina y el 35 % en el Caribe.
A pesar de su importancia en el empleo, alrededor del 52 % de las personas ocupadas se encuentran en condiciones de informalidad. Las mujeres ocupan alrededor del 58 % de los puestos en alojamiento y alimentación, mientras que las personas jóvenes de hasta 24 años ocupan el 21 %.
En 2023 México se destacó como el país de la región con más visitantes, con un total de 42 millones de turistas de los 76 millones que visitaron América Latina y el Caribe, y de los US$ 118.000 millones que ingresaron en total, México obtuvo 30.680 millones, el 26 % del total.
La pandemia de Covid-19 subrayó algunos de los retos persistentes: entre ellos la alta concentración de la actividad económica de algunas comunidades y países en el sector turístico, el limitado abordaje de la estacionalidad, la precarización y feminización de los empleos y, en general, la poca resiliencia a los impactos de los desastres, el cambio climático y otros choques sociales, políticos y económicos.
Con el fin de fomentar el turismo sostenible se elaboraron propuestas contenidas en el estudio “La sostenibilidad turística desde una perspectiva territorial: estudios en Costa Rica, Panamá y la República Dominicana”, para medir la sostenibilidad del turismo en esos países desde un enfoque territorial de destinos o polos turísticos.
“El documento funciona como una guía para el análisis de los destinos turísticos y las oportunidades y retos que enfrenta para su sostenibilidad”, dijo Peralta. Luego subrayó que la contribución del turismo al desarrollo de los países, especialmente al desarrollo local, ha sido mixta.
Si bien contribuye a las exportaciones, es fuente de inversiones y empleo y tiene una alta participación de mipymes, el modelo de desarrollo seguido en América Latina y el Caribe enfrenta múltiples desafíos en su estructura productiva, en la inclusividad, en el equilibrio ambiental y en las capacidades institucionales para abordar estos retos.