A la par que avanza el proceso de vacunación contra el covid-19 en todo el mundo, los vientos del resurgimiento del turismo soplan con más fuerza en los distintos mercados. Mientras el G20 daba a conocer sus directrices para el futuro del sector, la OMT convocaba a los ministros de Turismo de las Américas para relanzar la actividad en la región.
En el caso del G20, los ministros de turismo se reunieron en Roma en un formato hibrido, tras lo cual surgió el documento “Directrices de Roma para el futuro del turismo”, en donde se analizan siete pilares estratégicos con varias líneas de acción.
El informe comienza por plantear la dramática caída de una actividad que en 2019 representaba el 3% del PIB de las economías del G20, el 6% de las exportaciones totales y el 6% del empleo. Sin embargo, tras la pandemia las llegadas de turistas internacionales se redujeron en un 73% en 2020 y los escenarios de la OMT indican que pueden pasar entre dos y medio y cuatro años para que el turismo internacional vuelva a los niveles anteriores, lo que por supuesto está teniendo consecuencias económicas y sociales inmensas y muy tangibles, por ejemplo, la amenaza que se cierne sobre cerca de 120 millones de puestos de trabajo
Señala el documento que aunque la pandemia ha demostrado la importancia del turismo como una fuerza económica, “también ha arrojado luz sobre su fragilidad, al ser este muy fragmentado e interdependiente, con una fuerte dependencia de las micro y pequeñas empresas”, además de que su desarrollo puede estar desequilibrado, “lo que lleva a una dependencia excesiva del sector en algunas economías”.
“Se considera que la pausa en el sector turístico provocada por el covid-19 brinda la oportunidad de repensar y restablecer la dirección del turismo y los valores sobre los que se juzga su éxito”, señala el documento y agrega que los cambios fundamentales en la oferta y la demanda de turismo y las respuestas a ellos que han ocurridos desde marzo de 2020 apuntan a la necesidad de repensar y remodelar la política turística en el futuro.
Para ello plantean siete directrices:
- Movilidad segura: restaurar y mantener la confianza en los viajes;
- Gestión de crisis: minimizar el impacto de futuras crisis que afecten al turismo;
- Resiliencia: asegurar un sector turístico robusto y estable en tiempos de incertidumbre;
- Inclusión: ampliar la participación de la comunidad y los beneficios del turismo;
- Transformación verde: gestionar el turismo para sostener los entornos globales y locales;
- Transición digital: permitir que todas las partes interesadas del turismo se beneficien plenamente de las oportunidades digitales;
- Inversión e infraestructura: concentrar los recursos en un futuro sostenible para el turismo.
La Declaración de Punta Cana
Casi por la misma fecha, la OMT y el gobierno de República Dominicana lideraron la Reunión Extraordinaria de Ministros de Turismo de las Américas, bajo la consigna “Hacia la recuperación del turismo en las Américas”. Se trató del primer evento presencial que se convoca desde el inicio de la pandemia y tuvo por objeto debatir sobre el futuro del sector, con exposiciones magistrales de los estados, de las organizaciones internacionales y del sector privado.
En el encuentro, el ministro de Turismo de República Dominicana, David Collado, junto a otros quince ministros de turismo y cuatro viceministros de las Américas establecieron los acuerdos y mecanismos de colaboración para el relanzamiento del turismo en la región.
Los líderes se comprometieron a reactivar los viajes de manera conjunta, haciendo del sector una prioridad general y adoptando protocolos internacionales; un proceso que apuesta por la innovación, la transformación digital, la sostenibilidad y el apoyo a los trabajadores y empresas más afectadas.
Participaron de la reunión los 24 países miembros que integran la región Américas de la OMT, la mayoría de manera presencial en Punta Cana y otros virtualmente. Al final, como cierre de la reunión, los asistentes firmaron la Declaración de Punta Cana, mediante la cual los líderes de la región se comprometen a hacer del turismo un pilar del desarrollo sostenible y asegurar un plan de acción eficaz y pertinente de recuperación post-covid.
